Por qué las dietas no funcionan

Hay muchos métodos de adelgazamiento, muchos “sistemas” y dietas distintas. Normalmente ofrecen una pérdida de peso fácil, y sobre todo rápida. Otras, más razonables, también ofrecen una mejor salud.

Aunque una dieta para pérdida de peso sea equilibrada y saludable, una dieta “cerrada”, es decir, con un menú de platos específicos que tomar, a menudo no logra conseguir cambios en los hábitos alimentarios de la persona. Esas son la mayoría de las dietas que hay. El profesional te indica exactamente lo que tienes que comer, y si lo haces así, perderás peso. Pero una no termina de entender el por qué de la dieta que le han puesto, cuáles son sus características y por qué funciona.

No es que las dietas no funcionen, en realidad, todas ellas funcionan. Lo que no funciona, es pretender seguir un menú durante un tiempo para perder unos kilos, y luego volver a comer como se estaba comiendo antes. Si se quiere que el resultado sea permanente, el cambio en la alimentación tiene que ser permanente también. Esto puede asustar en un principio, pero lo que hay que hacer es ir cambiando los hábitos poco a poco y con conciencia.

La “dieta para pérdida de peso”, la alimentación, debe ser flexible y en todo momento el paciente debe saber qué está haciendo cuando está comiendo diferente. Y debe tener opciones para cuando tenga que comer fuera, porque lo importante es poder hacer una dieta todos los días, no sólo cuando se está en casa y las condiciones son absolutamente idóneas para “hacer la dieta”, y cuando no lo son, pues hay que saltársela, y luego llega la culpabilidad y la frustración por no alcanzar el objetivo propuesto...

Una “dieta” debe ajustarse a la persona y no la persona a la dieta. Una dieta debe hacerse a medida y más importante aún, con la participación en su diseño de la persona que la va a hacer. La dieta es suya y sólo suya, porque cada persona es distinta y come a su manera.

Por otro lado, mientras se hace dieta para adelgazar o para cualquier otra cuestión de salud, es motivante aprender sobre Nutrición, sobre composición de alimentos y sobre el funcionamiento del organismo; en eso consiste la educación nutricional. Con el tiempo y el paso de las sesiones, cada vez se va aprendiendo más y uno empieza a querer cuidarse de verdad, y termina haciendo la dieta sin problemas porque ya no se le ocurre comer cosas no saludables.

El paladar va cambiando y también se desarrolla la capacidad de saborear y apreciar nuevos sabores. La comida siempre se disfruta. Se trata de disfrutar comiendo otras cosas, más acorde con lo que necesita nuestro cuerpo. Lo que pasa es que con la bollería, refrescos y la comida basura, nos han acostumbrado a percibir sólo los sabores muy intensos, de los alimentos cargados de azúcares y grasa, sobreestimulando el paladar y haciendo que nos perdamos mil otros sabores diferentes, que en principio somos incapaces de valorar. Con el tiempo, se adquiere esta capacidad.

Conocer qué tipo de profesional te está ayudando a perder peso también es muy importante. Más información aquí

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Intrusismo laboral en Dietética y Nutrición